Consumo de pescado
Es
primordial incluir este tipo de alimento en la dieta familiar porque posee una
serie de beneficios sumamente relevante: es apto para todas las edades, fácil
de digerir, nutritivo, rico en proteínas completas, contiene grasas
insaturadas, es fuente de minerales -como fósforo, potasio, sodio, calcio,
hierro, yodo y magnesio- y de vitaminas pertenecientes a los grupos B -B1, B2,
B3, B6 y B12-, A y D -estos últimos se encuentran en los pescados más grasos-.
Asimismo,
el contenido calórico oscila entre 70 y 80 kcal. por cada 100 gramos en los
pescados magros y de 120 a 200 kcal. por cada 100 gramos en los grasos o
azules. Por lo tanto, se presenta como una excelente opción para las personas
que están tratando bajar de peso. En este punto es necesario explicar que el
contenido calórico aumenta según la forma de preparación : si un pescado blanco
-de bajo contenido graso, como puede ser la merluza- se hace frito o rebozado,
su contenido graso y calórico aumenta, mientras que si se cocina con poco
aceite en el horno, a la plancha o en el microondas da como resultado que el
aporte energético apenas se incremente. Para poder seleccionar el pescado más
adecuado cabe mencionar que dentro de los grasos están las sardinas, caballa,
atún, anchoas, arenque y salmón y los que aportan menos grasa son la corvina,
el lenguado, la lisa y la merluza.
Un sinfín de
ventajas
Es
un alimento de fácil digestión, ya que tiene poco colágeno y proteínas no muy
fibrosas. Si se considera el contenido de grasa, los pescados más magros son
más fáciles de digerir que los grasos o azules.
Por
otra parte, se constituyen como fuente de proteínas completas de alto valor
biológico: se estima que es un promedio de 20 gr. de proteínas cada 100 gr. de
pescado. Está comprobado que con el consumo de 100 gr. diarios de pescado se
cubre un tercio del total del requerimiento de proteínas ; así como sucede con
las proteínas de los huevos y las carnes, los pescados cuentan con proteínas de
alto valor biológico y, por ende, contienen todos los aminoácidos esenciales
que el organismo necesita en cantidad y proporción adecuadas. Ante el
crecimiento y desarrollo corporal experimentados durante la infancia, la
adolescencia, el embarazo y la lactancia, se exige un mayor aporte proteico -si
se les compara con otras etapas de la vida- y es recomendable alternar el
consumo de pescado con otras fuentes proteicas de origen animal -carnes, huevos
y lácteos- y vegetal -legumbres, cereales y frutos secos-.
La
lista de beneficios no termina ahí porque estos alimentos protegen al corazón y
las arterias debido a la existencia de una reducción importante del riesgo de
enfermedades cardiovasculares que se da mediante su consumo. Al mismo tiempo,
los pescados azules son ricos en ácidos grasos Omega 3 y tienen acción
antiinflamatoria. Por otro lado, los pescados son ricos en ácidos grasos
poli-insaturados y estos se encargan de bajar el nivel del colesterol LDL
-colesterol malo- y aumentar el nivel del colesterol HDL -colesterol bueno-.
En
cuanto a las vitaminas y minerales, el salmón contiene entre 80 y 150 unidades
de vitamina A -ésta ayuda al crecimiento y desarrollo, protege la vista y la
piel-, mientras que la sardina posee 500 mg. de fósforo por cada 100 gr. -este
mineral favorece al sistema nervioso y es fundamental para la formación de
huesos y dientes-.
Debes
tener presente que para lograr una alimentación equilibrada y cardiosaludable
es imprescindible incluir pescado entre una y tres veces por semana. SUAT te
recuerda que mantener un estilo de vida saludable es una óptima medida para la
prevención de enfermedades.
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