La hidratación es una
actividad común que cualquiera de nosotros realiza para complementar aquellos
líquidos perdidos o utilizados por el organismo. Si bien la mayor fuente de
deshidratación puede ser la realización de ejercicio o de esfuerzo físico,
también es verdad que aún permaneciendo uno en estado de reposo el organismo
baja su nivel de hidratación ya que los órganos siguen consumiendo los líquidos
que componen a los tejidos y entonces uno siente lo que se conoce como sed.
La importancia de la
hidratación radica en el hecho de que es justamente una acción que nos permite
seguir realizando nuestras actividades de manera saludable ya que se le otorga
al cuerpo una buena ración de líquidos perdidos o consumidos. Uno puede
hidratarse de manera específica cuando toma líquidos luego de hacer ejercicio,
pero también puede hacerlo cuando consume líquidos como parte de su
alimentación común (infusiones, agua, gaseosas, jugos, etc.).
Según lo que recomiendan
los profesionales, una persona debe consumir normalmente entre uno y dos litros
de agua por día para reponer aquellos líquidos que son consumidos por el
organismo. También alertan sobre el hecho de que cuando se presenta la
sensación de sed es cuando el organismo manda señales al cerebro para
concientizarlo de ese estado de deshidratación, por lo cual es siempre
recomendable consumir líquidos incluso cuando no se tiene sed.
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