El estado de ánimo define el estado interior en el que se
encuentra una persona desde el punto de vista
emocional. Mientras que el
sentimiento y la emoción son más cambiantes, más intensos y surgen en función
del momento, por el contrario, el estado de ánimo es menos intenso, más
duradero y prolongado.
El sentimiento o la emoción son la respuesta ante un
estímulo, por el contrario, el estado de ánimo es el fondo de la persona. El
estado de ánimo es menos específico, menos concreto y menos definido que el
sentimiento o la emoción.
El estado de ánimo también puede ser cambiante, sin embargo,
lo habitual es que el estado de ánimo cambia después de unas horas o incluso,
después de varios días. La verdadera felicidad surge de haber alcanzado una
estabilidad de ánimo, de lo contrario, en caso de vivir con cambios constantes
de humor la persona sufre mucho por su inestabilidad.
El estado de ánimo puede ser agradable o desagradable. Una
persona se siente bien cuando está contenta y satisfecha con su situación
presente. En un momento así, todo fluye mejor. En cambio, cuando una persona
está enfadada, triste o decaída, también observa la realidad desde un prisma
más negativo.
El estado de ánimo muestra actitudes permanentes en el
tiempo que definen el modo de ser de la persona. Es decir, existen personas que
tienden a ser más positivas y risueñas, mientras que otras de modo habitual tienden
a ser más melancólicas.
Tener trastornos en el estado de ánimo de forma drástica,
alteraciones enormes sin una causa lógica puede ser un tema de salud que
requiera de un tratamiento psicológico adecuado. La depresión que es uno de los
problema de salud emocional más habituales del siglo XXI muestra una alteración
en el estado de ánimo.
Las personas que tienen un estado de ánimo cambiante tienen
dificultades en sus relaciones sociales porque los demás no comprenden los
cambios de actitud. Por pura felicidad interior, es importante cultivar el
auto-conocimiento para conocerte a ti mismo y corregir ciertas actitudes que te
hacen sufrir. Puedes buscar el equilibrio en tu estado de ánimo aprendiendo a
reflexionar sobre los sentimientos para no ser víctima de la emoción.
Lo ideal es que tú decidas tu estado de ánimo, es decir, que
decidas de una forma consciente cómo te quieres sentir. Para ello, tienes que
poner el foco de atención en el pensamiento. Cuando tienes pensamientos
positivos te sientes mejor porque el pensamiento influye en el sentimiento y
éste, se refleja en la acción.
A nivel de estado de ánimo, existen personas cuyo momento
más difícil es la mañana cuando necesitan su ritmo para adaptarse a la rutina
del nuevo día.
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